Y es que imagino que será un poco complicado discernir si estás obedeciendo ante los deseos de alguien que necesita cambiar su cuerpo para ser feliz, o alguien con una patología mental que a la larga podría arrepentirse.
Había por ahí estadísticas que decían que un buen porcentaje de operados luego se arrepentían.
Enviado por GonzaloStampa.