Y no es solo “cosa de gustos”. El morro del nuevo BMW Serie 4 parece depender de sus dos gigantes entradas de aire. Parece que alguien dijo “esto tiene que estar en el nuevo coche”, sin pensar en que la coherencia estética de los rasgos de estilo que rodean esa parte, podría billar por su ausencia. Es lo que dice Chip en su reflexión final. BMW se ha caracterizado por tener un estilo propio, y esta vez sigue la moda de las parrillas grandes a costa de destruir la estética de todo el frontal.
Chip hace una propuesta que tampoco me apasiona, pero intenta crear una transición entre lo anterior, y el concepto que ha querido conseguir BMW.