Creo que con esta política de “tolerancia extrema” con los tontos que llevamos años experimentando, y otra serie de conductas sociales modernas, hemos conseguido una sociedad extremadamente subnormaI. Los gilipoIIas ya no tienen miedo a ser gilipoIIas, incluso de alguna manera se sienten realizados y orgullosos de serlo (“Pues a mí me gustó Aves de Presa”). Antes si eras gilipoIIas entrabas en el bombo de “te vas a llevar una hostіa tarde o temprano que te va a hacer pensar”. Ahora esa hostіa no llega nunca.

No solo se nota a la hora de votar, queda patente en días como hoy, después de ver más de 23mil muertes por la pandemia que nos asola, la gente (incluidas personas mayores), se pasa por el forro de los c*jones todas las recomendaciones de distanciamiento.

Me parece una temeridad plantear todo tipo de ayudas permanentes en una población que aprovecha cada resquicio para sacar tajada y demostrar su insolidaridad. No somos una sociedad madura, somos una sociedad infantil y egoísta.