Lo dice el propio creador.
Por cierto, la serie es una campaña de propaganda. Muchos medios, muy bien grabada, pero el contenido es basura propagandística diseñada para que los padres tengan miedo de que sus hijos vean a Jordi Wild y se vuelvan locos, algo que dejan claro al final de una forma bastante burda. Casi te dicen palabra por palabra lo que tienes que pensar. Es una serie para gente lobotomizada.