En una atención posterior a medios de comunicación, Sanz ha reiterado en calificar la pintada como “un hecho despreciable, como el que lo haya hecho”, añadiendo que a su juicio el autor “siente es un profundísimo desprecio por la ciudad de Sevilla y su patrimonio histórico”. Aunque la zapata del río no tiene la consideración de BIC, “es un espacio emblemático de la ciudad y no vamos a consentir ese desprecio que se muestra por espacios emblemáticos en la ciudad”. En este sentido, ha explicado que la ordenanza municipal se va a endurecer las sanciones, que se situarán por encima de los 3.000 euros si el edificio en el que se hace el grafiti es un BIC.
“Vamos a endurecer mucho las multas”, ha apuntado, además de anunciar que en breve se adjudicará el contrato con una empresa que dispone de maquinaria especial para la retirada de grafitis. “Los grafitis van a ser una lucha que vamos a tener durante estos cuatro años, no estoy dispuesto a que el casco histórico más importante de España y uno de los más importantes de Europa se convierta en el paraíso de los grafiteros”, ha apostillado. @eldiario