No le falta razón, no le sobra razón.
A veces se habla de las mujeres extranjeras como si estuvieran deseosas de conocer a un tipo feo y retrasado. Esas mujeres caen en el mismo mercado que las españolas, y se adaptan rápidamente porque tienen dónde elegir. Si conocen hombres guapos, serviciales y feministas, se van a quedar con esos hombres. El análisis de este tipo es pan para hoy y hambre para mañana.
La hiperinflación de la mujer solo tiene un culpable: el hombre que las sigue comprando.