Sufrir ansiedad y compartirlo en redes puede ser canjeable por likes. Se lo han enseñado a un montón de jóvenes, principales víctimas de la terapia mal entendida, un montón de influencers y famosos que no saben lo que es el DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), pero son expertos en capitalizar la salud mental. Proclaman que todo el mundo debería ir al psicólogo igual que se va a la peluquería, aunque solo estés pasando un bajón por enfrentarte a uno de los millones de problemas normales de la vida. Se va al psicólogo como antes se iba al cura, a que te mande tres padres nuestros en forma de ejercicios de respiración y te exima de responsabilidad.
Vivimos en una sociedad inmadura que nos ha hecho expertos en tirar balones fuera. Supuestos daños en la salud mental pueden ser la excusa perfecta para no asumir responsabilidades ni entonar el mea culpa, sobre todo para los que van a esos psicólogos que repiten mucho lo de “piensa en ti”. Mira que hay corrientes interesantes en la ciencia de la mente, pero en la era del capitalismo lo ha petado la de las frases vacías y el cheque en blanco al egoísmo. @20minutos