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El 3 julio de 2022 un caza del ejército del aire español despegó para escoltar un avión de Easyjet entre Londres-Menorca tras un aviso de amenaza de bomba en el interior. La alerta provenía de los servicios de inteligencia de Reino Unido y se avisó cuando el aparato volaba por espacio aéreo francés.
Cuando el avión aterrizó en Menorca la Guardia Civil detuvo al británico Aditya Verma de 18 años. Ya que Verma desde el aeropuerto de Gatwick envió el siguiente mensaje a 6 amigos en su grupo privado de Snapchat adjuntando una foto “De camino a estallar el avión. Soy miembro de los Talibán”. Fue una broma, pero acabó en su pesadilla.
Todo derivó en una causa en la Audiencia Nacional que se juzgó el pasado lunes. El chico está acusado de un delito de desórdenes públicos tipificado en el artículo 561 de nuestro código penal. “Quien afirme falsamente o simule una situación de peligro para la comunidad o la producción de un siniestro a consecuencia del cual es necesario prestar auxilio a otro, y con ello provoque la movilización de los servicios de policía, asistencia o salvamento, será castigado con la pena de prisión de tres meses y un día a un año o multa de tres a dieciocho meses” Se enfrenta a esa pena y a una indemnización para el Ministerio de Defensa de 94.782 euros por el despliegue del avión F-18. Por otra parte la multa ascendería a 22.830.
La Fiscalía y la Abogacía del Estado solicitan una sentencia condenatoria, pero la defensa una libre absolución. Y se basa en algo lógico. Los peritos de la Guardia Civil no encontraron nada que relacionase a Verma con el yihadismo en sus teléfonos móviles. El acusado argumenta que realizó esa broma porque tiene orígenes hindúes y con sus amigos bromeó que lo detendrían por su apariencia nada más llegar a España.
El mensaje sólo se compartió en un grupo privado de 6 personas, sin posibilidad de que se compartiese a más público porque Verma habría recibido una notificación de ello en su cuenta de Snapchat. La defensa alegó que para obtener la información de ese mensaje en un grupo privado el Reino Unido tuvo que violar la intimidad y el derecho al secreto de las comunicaciones de su cliente. Y quien tiene que afrontar los gastos del F-18 es el gobierno británico.
Todo está visto para sentencia.
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Principio:
Final:
Final feliz.
“La Audiencia Nacional absuelve a un joven británico juzgado por enviar un mensaje durante un vuelo en el que amenazaba con volar el avion”. @poderjudicial
La clave: