Cuando nos ponemos de pie, los músculos que rodean la pelvis y la columna vertebral se tensan, y eso aunque no lo parezca tiene consecuencias en el resto del cuerpo. Al sentarnos todos esos músculos se relajan, por lo que orinar en esa posición favorece a que la vejiga pueda vaciarse con mucha más naturalidad. Además, los expertos aseguran que orinar sentado puede ayudar a prevenir la hiperplasia prostática benigna, una condición que padecen una enorme cantidad de hombres a medida que se acercan a la vejez. Algunos de los síntomas son el desarrollo cálculos en la vejiga, infecciones del tracto urinario e incluso infecciones renales. @mundodeportivo
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