Red Eléctrica ha anunciado que limitará la velocidad de conexión de las instalaciones renovables a la red de transporte para evitar nuevos episodios de sobretensión. Las plantas solares y eólicas de más de 5 megavatios deberán alargar sus rampas de subida y bajada de potencia de dos a quince minutos.
Según el operador del sistema, la medida busca «reducir las variaciones bruscas de tensión» que se han detectado en los últimos meses, antes y después del gran apagón del 28 de abril de 2025.
Pero más allá del argumento técnico, esta decisión es también una confesión implícita de su propia responsabilidad en aquel apagón y en la fragilidad creciente del sistema eléctrico. El problema no son las renovables, sino el desequilibrio que se ha creado al reducir la proporción de generación síncrona (la que aportan las centrales nucleares, hidráulicas y de gas) que garantiza el control tanto de la frecuencia como de la tensión. Estas tecnologías estabilizan la red porque están físicamente acopladas a ella: sus enormes generadores giran al mismo ritmo que el sistema y compensan cualquier desviación en milisegundos, además de añadir o absorber potencia reactiva que se traduce en control de la tensión de la red.
Las renovables, en cambio, al operar mediante inversores electrónicos, no ofrecen esa inercia natural ni ese control de reactiva. Por eso, cuando se concentra demasiada generación no síncrona, la red se vuelve más inestable y aparecen oscilaciones y sobretensiones como las que Red Eléctrica intenta ahora contener ralentizando las rampas de producción. Pero limitar a las renovables no soluciona el problema de fondo, solo lo maquilla.
Todo el sector sabe que el apagón de abril fue consecuencia directa de este desequilibrio. La solución no pasa por frenar a las renovables, sino por acompañarlas con generación firme y limpia que mantenga estable la tensión y la frecuencia sin encarecer el precio ni aumentar las emisiones. Las centrales nucleares y las hidráulicas cumplen ese papel de columna vertebral del sistema: aportan estabilidad, previsibilidad y bajas emisiones. Son ellas las que garantizan que la red siga en pie cuando el viento amaina o el sol desaparece. @OperadorNuclear
En los medios el tema se pasa de puntillas, si es que se trata, y el pelaje de cada panfleto les obliga a decir la verdad o a disimularla. Al final el motivo fue el primero del que se habló, el que el gobierno tildó como bulo.