Supongo que investigando habrán llegado al lugar del que sacaba la mandanga.
El actor estadounidense falleció el pasado 28 de octubre a los 54 años tras ahogarse en el jacuzzi de su casa y los informes toxicológicos arrojaron que había muerto por los efectos de la ketamina, una droga que a veces se usa para tratar la depresión. Una posibilidad que había estado presente desde el principio de la investigación, pues Perry había sufrido varias adicciones de drogas y alcohol a lo largo de su vida y, en los meses previos a su muerte, estaba luchando contra una recaída. @abc