Entre las que han sobrevivido está ‘Teledisko’, una discoteca en la que la primera premisa a cumplir es que se debe ir con poca gente… porque no cabe: literalmente es la discoteca más pequeña del mundo.
El berlinés Benjamin Uphues fue el artífice de la idea, nacida hace ya más de un lustro. Cogió una antigua cabina de teléfonos y la transformó por completo para introducir una bola de discoteca, altavoces, un pequeño sistema de elección de canciones y una simple decoración en las paredes, porque no hay sitio para mucho más. @abc
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