Después de quedar ante toda España como la gran cornuda, con su marido paseando a su amante hasta por los lugares donde iba con ella, la infanta Cristina vuelve a probar las mieles de la humillación más terrible: tendrá que pagar una pensión a Iñaki Urdangarin si quiere que el padre de sus hijos guarde silencio y renuncie a escribir un libro por el que le han ofrecido dos millones de euros. Es la antesala de un divorcio que llegará en abril, a las puertas de la mayoría de edad de Irene, la hija pequeña del matrimonio. @eleconomista
Me lo encontré tomando un café en Vitoria hace unas semanas.
Enviado por @540.