En caso de ser así, delegarían la fabricación en otras empresas que no cumplen los requisitos para eludir limitaciones y ampliar beneficios a costa de derechos laborales.
“Las marcas de moda, cuando recurren a la subcontratación”, son “cómplices de una grave explotación laboral”, defiende el fiscal encargado del caso, a través de unas declaraciones recogidas por distintos medios italianos como Fanpage. “En el curso de las investigaciones, se descubrió una práctica ilícita tan arraigada y consolidada que puede considerarse parte de una política empresarial más amplia, dirigida exclusivamente al aumento de los beneficios”, sostiene en línea con lo ya expuesto. Y es que “las prácticas investigadas no parecen ser fruto de iniciativas espontáneas y aisladas emprendidas por particulares, sino de una política empresarial ilícita”. “Esto da lugar a un proceso de deslinde organizativo, en virtud del cual, en paralelo a la estructura formal de la empresa, orientada al cumplimiento de las normas institucionales, se desarrolla otra estructura ‘informal’ enfocada a seguir las reglas de la eficiencia y de los resultados”. @fashionunited
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