[…] Arde Doha, con temperaturas próximas a los 40ºC (y una sensación térmica que ronda los 48ºC), y los fondistas se enfrentan a los 5.000 m.
El público, acalorado en la grada, vocea mientras dos anónimos comparten el dolor en el tartán. Abrazados, se desplazan penosamente. Y abrazados llegan a los cuadros, en 18 minutos, casi cinco minutos después que el resto, escenificando aquello que se intuye. Estos Mundiales se van a cobrar alguna víctima. […]