Entre 1999 y 2015, más de 3.000 personas fueron afectadas por el caso. Alrededor de 700 fueron procesadas erróneamente por fraude y malversación. Mientras los directivos de Correos se llevaban suculentos bonos, las vidas de estos ciudadanos se convirtieron en una auténtica pesadilla. Muchos se quedaron en la calle o viviendo en caravanas. Otros acabaron en la cárcel. Se registraron al menos cuatro suicidios.
En 2019 la justicia falló a favor de los afectados. Pero no ha sido hasta ahora cuando el Gobierno ha anunciado una ley para asegurar que las víctimas del calificado como “el peor error judicial en la historia legal británica” sean “rápidamente exonerados y compensados”. Tras una amnistía histórica, se les ha prometido una indemnización de 600.000 libras cada uno. Sin embargo, como siempre, hay letra pequeña. Castleton, por ejemplo, no tiene derecho a reclamar el dinero. “Nada es fácil en este caso. La batalla aún no ha terminado”, señala.
En 2019 —el mismo año en que Paula Vennells, la que fuera consejera de la empresa estatal Correos, recibió la gran condecoración de la medalla del Imperio Británico— el Alto Tribunal de Inglaterra y Gales concluyó que la versión inicial del programa Horizon, desarrollado por Fujitsu, estaba plagado de “virus, errores y defectos”. Unas 3.500 oficinas de correos y un número aún no esclarecido de emprendedores y sus familias se vieron afectados por el defectuoso sistema de informática. @elconfidencial
Enviado por @Thosnod