Una chica dice estar consternada porque un desconocido le ha dicho que tiene un cuIazo.

Una chica dice estar consternada porque un desconocido le ha dicho que tiene un cuIazo.

No voy a defender al descarado que le suelta esa ordinariez. Ta feo, sobra. PERO:

Me niego a aceptar esta psicosis colectiva en la que nos están forzando a vivir.

Una chica dice estar consternada porque un desconocido le ha dicho que tiene un cuIazo.

  1. Se ponen ropa mega apretada que muestra cada pliegue del cuIo hasta niveles moleculares de forma claramente intencionada, y lo hacen por razones más sexualizantes que deportivas, porque al llegar a casa irónicamente se cambian con algo más sueltito y cómodo.
  2. Un tipo maleducado rompe esta psicosis y dice “eh, tú, la que me está metiendo el culo en los ojos: vaya culazo”, sin acercarse a ella o intimidarla de ninguna manera, y de repente una pulsión ultracínica empuja a esta mujer a hacerse la ultraofendida.

No compro ni compraré jamás esta chorrada. Si salgo a correr con ropa diseñada específicamente para marcar todos los pliegues de mis cojones, y una tía (o un tío) me dice “fua, tremendo poIIón”, igual ha llegado la hora de repensar mi estética deportiva estúpida e innecesariamente sexual y si me molestan este tipo de comentarios/miradas/atenciones me pongo algo más apropiado para el deporte y menos apropiado para poner palote al personal.

Moraleja: Si no te gusta llamar la atención, si no te gusta que te sexualicen… no hagas por llamar la atención y no te sexualices. No vayas contando billetes por las 3000 viviendas si no eres Goku o Superman. Suena lógico, suena de perogrullo, pero vivimos tiempos subnormales y hasta el 2+2 hay que explicarlo.

La foto policial de una mujer con una sonrisa de oreja a oreja se vuelve viral después de un ataque vandálico de 12.000$ al coche de su exnovio.

Metió sal en el motor y brillantina en el conducto del aire. Sabía lo que hacía.

La foto policial de una mujer con una sonrisa de oreja a oreja se vuelve viral después de un ataque vandálico de 12.000$ al coche de su exnovio.

Stephanie Carlquist, de 31 años, presuntamente vertió sal en el motor del vehículo y brillantina en las rejillas de ventilación, cortó un neumático, rompió el espejo retrovisor y el parabrisas y rompió la pantalla de la radio del vehículo, según una denuncia penal obtenida por Fox News Digital. @yahoo

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Enviado por @el_Lejia