A las veinticuatro horas de publicarse la entrevista, el jueves, Giuseppina Gigliano percibe el aire de la calumnia. Alguien escribe en Facebook un post, donde asegura que ha escuchado, en una radio nacional importante, una entrevista con la directora del Instituto Boccioni, según la cual Giuseppina solo habría trabajado un par de días al inicio del curso escolar. Sin embargo, la directora no había concedido ninguna entrevista. Sencillamente, el usuario de Facebook se había inventado un cuento. Pero su post se había relanzado miles de veces. Giuseppina estaba ya en la trituradora de los calumniadores de redes sociales. Se le dijo de todo. Fue acusada de que no había trabajado nunca. «Mentirosa» fue el insulto más suave. @abc