La vida de Roberto Macías cambió radicalmente hace tiempo. Era administrativo en UGT Andalucía, en Sevilla. Mexicano, llegado a España en 2004, un tiempo después comenzaría a trabajar en el sindicato. Sin embargo, cuenta que UGT aplicó un ERE “con la misma reforma laboral por la que convocaron una huelga general”. Se veía en la calle. Un USB con la contabilidad ha desembocado en el caso de facturas falsas que se enjuicia desde este lunes en la Audiencia Provincial de Sevilla, por el que el sindicato está acusado de un desvío de 40 millones de euros. Un caso por el que solo hay un condenado: el propio Macías, por filtrar en primera instancia la documentación a la prensa, algo que ha recurrido al Constitucional. “Estoy señalado, no puedo trabajar, solo tengo una ayuda por desempleo de 369 euros”. @lavozdelsur