Los donostiarras podrán hacerse con un cacho de la barandilla de La Concha por el módico precio de 185€

Al día siguiente más de la mitad estarán en Wallapop.

Los donostiarras podrán hacerse con un cacho de la barandilla de La Concha por el módico precio de 185€

El precio que fija el ayuntamiento para adjudicarse una de estas piezas (185 euros) viene establecido por el “coste estimado de la preparación para su entrega” a los ciudadanos. Todos los tramos están desmontados, protegidos con plásticos, numerados y colocados en filas en un almacén municipal. A este lugar deberán trasladarse los afortunados en el sorteo para llevarse a sus casas la pieza de baranda. El ayuntamiento solo les pone una condición: “comprometerse al buen uso” de su trofeo donostiarra. @elpais

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Entre los argumentos esgrimidos para la rebaja de la pena, los jueces destacan que la menor, en el momento de la prueba preconstituida -celebrada un mes después de la vioIación-, medía 1,68 m y pesaba 71 kilos. Añaden que aquella noche en la que se celebraban las fiestas de Burlada, localidad en la que se produjeron los hechos, la menor estaba acompañada por una joven de 17 años y, además una testigo, una vecina que la vio entrar al portal en el que se perpetró la agresión sеxual, declaró que la víctima tendría “unos 20 años”.

También apuntan que los hechos sucedieron de madrugada, “sobre las 1.30 horas”, y que la menor se encontraba “en un estado de embriaguez considerable”. Además, señalan que se besó con su agresor y que, entre sus pertenencias, llevaba tres preservativos que había adquirido el mismo día de los hechos junto con su amiga y que se lo hizo saber al acusado.

Según consta en la sentencia, la menor se besó con el encausado, quien en ese momento la agarró y la introdujo en un portal aprovechando que una vecina del inmueble había abierto la puerta. Subieron por las escaleras hasta un primer rellano. Una vez en el interior, la menor le envió un wasap a su amiga en el que le decía que le diera 10 minutos. No obstante, la joven comenzó a “agobiarse” y le dijo al hombre que quería irse. El condenado, en lugar de dejarla marchar, la agarró de las muñecas. A continuación, comenzó “a tocarle los pechos”. La víctima pidió ayuda, pero nadie la escuchó. Seguidamente, tras taparle la boca a la menor, la vioIó. El procesado finalizó la agresión sеxual cuando oyó un ruido en el portal. Entonces, abandonó el lugar. @eldiario

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