Lo cierto es que dice muchas cosas que ya he dicho yo aquí.
Pero no estoy de acuerdo cuando hace algo que él mismo va a criticar al final del vídeo. Que la mayoría de las manadas son extranjeras es algo difícil de negar, algo evidente, aunque no haya cifras oficiales al respecto. Es decir, que no haya cifras oficiales sobre algo no lo hace desaparecer, porque de ser así, yo estaría deseando que no existieran cifras oficiales sobre lluvias en Vitoria, a ver si así dejaba de ser la ciudad en la que más días llueve…
Incluso cuando hay cifras oficiales, hay que ver cómo se adquieren, como el caso del paro con Rajoy, o el de las “denuncias falsas” (solo aquellas de las que hay condena por denuncia falsa).
Desde enero, sabiendo que muchos medios ocultaban la nacionalidad de los sospechosos, hemos estado pendientes de la procedencia de los miembros de manadas, y lo raro es que hubiera españoles entre ellos. Luego el análisis de esto será el que cada uno quiera, pero los datos son los que son. Cualquiera puede consultar las noticias y comprobar que el agua moja.
Pero lo que sí es cierto es que el paralelismo entre los discursos de los extremos es constante. Mientras los fans de la ideología de género apoyan un trato legal diferente dependiendo del género (y hablan como auténticos racistas), Vox también ha planteado un trato diferenciado dependiendo de tu procedencia, aunque estés nacionalizado (y por lo tanto seas español a todos los efectos). Algo que puede parecer práctico, pero que es exactamente igual a lo que hace la ley de VG. El clásico “el fin justifica los medios”.
Creo que la conclusión del vídeo de UTBH (minuto 23) es un buen resumen de por qué triunfan los partidos de ideas más extremistas.
Evitar este debate, y disfrazarlo de racismo y xenofobia, solo va a traer más racismo y xenofobia. Si censuramos y caricaturizamos el debate alrededor del contradiscursos en temas de inmigración, le estamos allanando el camino a los extremismos. Y no es nada bueno que sean los radicales los que monopolicen la crítica a las políticas sobre la inmigración masiva. Tampoco adoptar posturas razonables alrededor del proteccionismo de nuestras fronteras debería servirnos como excusa para disfrazar nuestro racismo o nuestra xenofobia. Y de la misma manera no deberíamos reducir a la caricatura a cualquiera que tenga una posición más conservadora a la hora de entender cómo deberían funcionar nuestras fronteras. No todo es racismo, no todo es xenofobia, y no todo es islamofobia.