“Vosotros hombres islámicos, en nuestra tierra no introduciréis vuestras leyes. Esto es Polonia. Nuestra tierra. Nuestro país. Nuestras reglas y valores. Aquí Jesucristo es nuestro rey. Nosotros no estamos interesados en ninguna directiva europea, ni en cuotas de inmigración…”

La parte buena de que la religión siga formando parte del ADN de tu país es que funciona como sistema inmunitario para otras religiones foráneas que quieran entrar.