Estéticamente, el hotel tiene un aspecto nuevo, moderno y atractivo. Pertenece a Messi, que lo compró en 2017 por más de 30 millones de euros, sin saber que incumple la normativa urbanística y tiene pendiente una orden judicial firme de demolición. Incluso durante la elaboración de este reportaje, el jugador desconocía que le habían engañado y ha sido a raíz de que El Confidencial se ha tratado de poner en contacto con él que se ha enterado de la trama. Aun así, la respuesta oficial del jugador es: “Sin comentarios”. @elconfidencial
¿En 2021 no hay forma eficiente de conocer las cargas de algo antes de comprarlo? En mi imaginación idealista, si hay una orden de demolición para un inmueble, debería salir una alerta roja infernal cuando alguien quiere cambiar su titularidad.