Es una balanza que cuesta poner en equilibrio. Gasto militar, gasto en ayuda al desarrollo. El debate está abierto, las presiones de distintos lados son importantes: OTAN, UE, sociedad civil, organizaciones internacionales… Y las decisiones políticas son las que construyen proyectos y supervivencias. Pedro Sánchez trata de mantener su postura de gastar el 2,1% del PIB en Defensa cuando la Alianza duda de esas cuentas y cree que será preciso el 3,5% Pero ya ese 2% es rechazado por sus socios de gobernabilidad. El presidente del Gobierno en esa estrategia de desplegar gasto social y de cooperación, para trasladar que no habrá recortes en otras partidas, ha prometido 2.000 millones en una semana para ayudas al desarrollo. @elmundo