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Ojo con Fernanda…
La imagen original está a la izquierda. A la derecha está la imagen tras reducir el contraste adyacente en las rajas y roturas, y rellenándolos usando muestras de píxeles adyacentes. Esto se puede hacer en Photoshop, con herramientas como el relleno “content-aware” o el “healing brush”. Sin embargo, en áreas donde el detalle meticuloso es algo crítico (como las caras), prefiero hacerlo manualmente a ojo, ya que así se mantienen intactos el mayor número de píxeles no dañados.
La imagen de la izquierda muestra la capa de muestras de grises usada para rellenar las rajas y roturas. A la derecha, el verde indica las áreas donde faltan datos. Como se puede ver, no es tanto daño como sospechábamos. Cuando relleno las rajas, trabajo en una capa separada y relleno solo las zonas donde falta emulsión. No pinto sobre las zonas intactas de la foto y no integro el relleno con las areas de alrededor.
La mayor parte de las pérdidas son en zonas que llamo “no críticas”, ya que no hay gran cosa en lo que se refiere a rasgos identificativos. Tuve cuidado en evitar las transiciones en estas zonas, ya que estropearían la cara. Las zonas amarillas son donde se han perdido detalles críticos. Esas zonas contribuyen significativamente a la apariencia de la persona, y son zonas difíciles de restaurar, pero son bastante pequeñas en comparación con el tamaño de la cabeza.
Otra cosa a la que merece prestar atención son las zonas de daño “a grandes rasgos”. Escanear una foto dañada a menudo deja resaltos y sombras que pueden hacerte equivocar. Las líneas de puntos señalan dónde estaba el mayor daño y donde tengo que prestar atención al sombreado, distinguir lo que es la foto de las sombras causadas por el escáner. El conocimiento de anatomía es crítico en este punto, para poder equilibrar el sombreado de forma que sea consistente con la forma del cráneo y la carne. Normalmente lo desdibujo (y luego lo deshago) para poder ver mejor la forma.
La imagen de la izquierda es lo que creo que es una reconstrucción bastante buena del caballero de la foto. Llegué a este punto usando técnicas de sampleado (manual y digital) y mezclando usando las brochas más pequeñas con la función dodge/burn. A partir de ahí, creé detalles en los rasgos que eran tanto genéricos como adecuados en el contexto de los otros rasgos (derecha). Aquí es donde ayuda el conocimiento de anatomía e ilustración en la restauración. Puede que no siempre consigas una meticulosidad “histórica”, pero al final el resultado estará más cerca de la apariencia real que usando otras técnicas de reparación. Guarda los trucos para zonas de la imagen que no sean críticas, como ojos, nariz y boca. Trabajar píxel a píxel es tedioso, pero los resultados pueden ser muy satisfactorios.
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