2- Le dicen que no tiene solución y que su tía va a amochar, pero es una candidata ideal para donar sus órganos.
3- Para donar los órganos tiene que entrar en muerte cerebral y deben esperar a que eso suceda. Calculan que en unas 48 horas.
4- Pasan las 48 horas pero no entra en muerte cerebral, así que dicen que la van a desconectar y no podrán usar sus órganos.
5- A los pocos días les llega una factura de 8000 euracos.
Al dolor de la inesperada muerte se sumaron los tres días de espera en el hospital para ver si donaba los órganos, sabiendo que no había curación posible. Pero lo más sorprendente estaba por llegar: un mes después, en febrero, llegó una carta a casa de Pilar de parte del hospital La Princesa: era la factura por la estancia.
Le reclamaban más de 8.000 euros. La factura venía acompañada de una carta firmada por el jefe de la unidad de facturación del hospital, Licinio Medina, dirigida a la propia fallecida. En ella se explica que el Servicio Madrileño de Salud no se hace cargo de los gastos del ingreso, y que debe ser la paciente (fallecida) quien lo haga. @elmundo