Está claro que mueve mucha pasta en subvenciones y dinero público… pero cuando se traslada al cruel mundo de la oferta y la demanda… pincha estrepitosamente. Tiene una explicación.
Parece que ha calado entre las feministas que ser mujer y secsy, está mal. Muchas veces pienso que este feminismo hegemónico también es en parte una conspiración de mujeres feas intentando convencer a las guapas de que exhibir su atractivo está mal.