[…] Este martes el tribunal se ha negado porque presentó la petición “demasiado tarde”, lamenta en conversación con la agencia Associated Press. “Soy un fantasma viviente. Estoy oficialmente muerto pero estoy vivo y, dado que consto como tal no puedo hacer nada”, explica.
Y es que seguir en el reino burocrático de los muertos está causando muchos problemas a este sexagenario: sin un documento oficial que acredite que está vivo, no goza de existencia administrativa y, en consecuencia, no puede trabajar legalmente ni recibir ninguna prestación social. […] @lavanguardia.