A ver Pablemos, si nadie dice que os metáis cuchillazos cuando os veis por ahí, pero hablar de jajas con el que luego interpretas un drama delante de los medios y en el congreso, para transmitirnos que ese señor es algo equivalente a un turboasesino del averno, nos hace intuir que hay mucha sobreactuación.
Aunque muchos ya lo sabemos hace tiempo, otros más cándidos lo descubren ahora, y otros simplemente lo acaban confirmando. Si identificas a ciertas personas practicamente como sida con patas delante de las cámaras, pero luego te echas unas risotadas con ellos, tu discurso pierde un poco de credibilidad. Cuando yo me tengo que relacionar con una persona que para mí es el demonio encarnado (no un colega de ideas diferentes, no, un auténtico HDP), igual le saludo por cortesía, pero no me pongo a contar anécdotas grachiochas con él en petit comité.
Me recuerda al momento en el que Aitor Esteban no le quiso dar la mano a Espinosa de los Monteros.
A mí me gusta más la gente como Aitor. Me gusta la gente coherente, sea del color que sea. Porque si alguien que hace un minuto te ha llamado xenófobo y racista, y ha dicho que quiere ilegalizar tu partido, luego va y te tiende la mano, me parece un hipócrita de tomo y lomo. “Ey tío, voy a arruinarte y a meterte en la cárcel, ¿me das la mano premoh?“. Aclárate, porque si estás diciendo todo eso en serio, no vendrías a darme la mano por pura vergüenza torera, no deberías ni poder mirarme a los ojos. Si de verdad dices todo lo que dices saliéndote del corazón, si no es puro teatro, no puedes reírte con esa persona, porque solo estar a su lado te debería dar ganas de vomitar.
Que amigos tengo de todos los colores, y discusiones en las que saltan chispas todas las que queráis, enfrentar opiniones y debatir es muy sano, pero cuando alguien me produce repulsión máxima porque es un infraser, como nos quiere dar a entender Pablo a cada intervención hablando de VOX, no le doy esas licencias, ni siquiera me apetece tener una conversación con él fuera de lo obligatorio. Como mucho tendré el mínimo de cortesía para saludarle. Que no es pensar diferente, es demonizar al contrario, y proponer un cordón sanitario que luego tú no dudas en cortar para hablar de un meme que has visto en Interner sobre nieve y Albert Rivera.
En una situación política menos crispada, no me chirriaría nada en absoluto, incluso Pablo echándose unas risas con Arrimadas me puede encajar (y me cuesta), pero cuando has demonizado hasta niveles criminales a una persona, esto canta que da gusto. Y con el PP igual… que es gente que está usando “las cloacas del estado” (sic) para intentar arruinarte poniéndote espías, conspirando, que si pueden te meten en la cárcel sin pestañear para quitarte del medio, que crees que son responsables de crear presos políticos… gente en la cárcel con hijos que crees que son inocentes… y vas y les ríes las gracias a sus verdugos. Es, de alguna manera, traicionar la confianza de tus seguidores.
Y hablando de confianza… mucha broma con Greta, pero habla el español mucho mejor que algunos de nosotros.
