Pedro Sánchez sabe de drama. Cuando fue derrotado en las elecciones regionales y locales del pasado mes de mayo, el presidente del Gobierno de España rápidamente convocó elecciones nacionales. Apostarlo todo en su momento más débil podría haber parecido una locura, pero Sánchez tuvo un desempeño superior, reunió una mayoría inestable y regresó como primer ministro.
El drama ha regresado con su sorpresiva decisión, el 24 de abril, de limpiar su calendario hasta el lunes 29, cuando anunciará si planea permanecer en el puesto. @economist