Todo aquello que reodea a la figura de Carlos Ghosn es cinematográfico. El estelar ejecutivo de la industria automóvil caído en desgracia devolvió los beneficios a Renault a finales de los 1990 bajo el apodo de ‘el asesino de costes’. Cuando salvó a Nissan de una inminente bancarrota a la entrada del siglo, lo bautizaron ‘Mister Arreglalotodo’. En 2018, fue detenido en Tokio acusado de fraude y evasión fiscal. Unos meses después, escapó en una huída de película en la que participaron 25 personas, un jet privado y una caja con agujeros para respirar. Aterrizó en el Beirut de sus ancestros, desde donde intenta limpiar su nombre por todo lo alto. Ahora, el magnate, de 69 años, ha demandado a su antigua empresa por 1.000 millones de dólares (938 millones de euros al cambio actual). @elperiodico