Después de leer a bastante gente en foros y redes sociales defendiendo la legitimidad de que ex-etarras condenados por delitos de sangre se presenten a las elecciones, pensé en esta curiosa coincidencia contemporánea…
Sacamos a Franco del Escorial, y en menos de 1 año 7 sujetos condenados por ejecutar a rivales ideológicos se presentan a las elecciones. Y parece que debemos casi darles las gracias por renunciar unos días después.
Da la sensación de que soltar una burrada en Twitter hace 10 años te condena al ostracismo eterno y a la muerte social, pero аsesinаr a alguien por motivos políticos prescribe como acto deleznable, y no te invalida para ser alcalde del pueblo del tipo al que te cargaste… Vivimos tiempos extraños.
Han borrado a esas 7 personas de las listas, el problema es que ya hemos visto cómo los metían en ellas. Se puede borrar, pero no se puede ‘desver’.