Si una serie ha cambiado el discurso en la ficción sobre el colectivo LGBT es “Heartstopper“. Esta producción representa cómo son las nuevas vivencias de los jóvenes que tienen una orientación sexual o identidad de género fuera de la normatividad.
En ella, dos jóvenes se enamoran y descubren juntos su sexualidad, sin dramas ni abusos. De esta manera la serie habla de que pertenecer al colectivo LGBT no tiene por qué ser una realidad traumática, y que las nuevas generaciones lo viven de una manera distinta a lo que se suele mostrar.
Paradójicamente, uno de sus protagonistas se ha visto obligado a salir del armario por la presión de los propios fans de la serie. Y es que Kit Connor, Nick Nelson en la serie, ha publicado un mensaje en Twitter confesando que es bisexual. Recientemente salieron publicadas unas fotografías del actor cogido de la mano de Maia Reficco.
A raíz de estas imágenes, el “fandom” de la serie la ha acusado de “queerbatin“. Esto es, contar la realidad del colectivo LGBT a través de actores y actrices heterosexuales que no conocen lo que supone pertenecer al mismo.
Por ello, Connor ha tenido que aclarar que, igual que su personaje en la serie, es bisexual: “Enhorabuena por forzar a un joven de 18 años a salir del armario”. Tras su posicionamiento público, ha recibido el apoyo de muchos de sus compañeros. @laregion
Siempre me ha parecido una soberana tontería eso del Queerbatin. Patrick Harris interpretó formidablemente a Barney Stinson, todo un icono de la turboheterosexualidad, y ningún hetero en la faz de la tierra osó criticarle por ello. Hizo un buen trabajo y punto.
Por otra parte tampoco me parece muy conveniente la queja del actor. Formas parte de una serie que intenta normalizar las relaciones bisexuales, eres bisexual, ¿y te genera problemas que la gente lo sepa? A ver si con esta actitud va a estar dando la razón a la gente que le critica, pero no por ser hetero, sino por ser hipócrita con el espíritu de la serie que abandera. Que por otra parte es un papel, que puedes hacer de Hitler sin tener nada que ver con su ideología, pero creo que se entiende el punto de esta curiosa paradoja.